Tal y como comentábamos en el post 1, seguimos detallando las principales conclusiones del estudio sobre la evaluación del liderazgo en empresas 2021 (3ª edición).

Se consolida la apuesta por parte de las empresas por los planes de mejora tras las evaluaciones.

Esto era algo que ya se había deducido en ediciones pasadas de este estudio, y que los resultados de esta edición corroboran. El 90% de las empresas participantes asocian los resultados obtenidos con planes de mejora, de las que el 74% lo hacen siempre y el porcentaje restante sólo en ciertos casos.

Nuestra visión

Como ya comentábamos en un post anterior, nos parece muy relevante la utilización de los datos obtenidos en la evaluación del liderazgo para la evolución en su liderazgo de los perfiles evaluados. También veíamos en el primer post de esta serie que las evaluaciones del liderazgo son una práctica en crecimiento y cada vez más extendida en las empresas.

Desde nuestro punto de vista, el buen liderazgo es un valor intangible cada vez más relevante en un mundo donde la diferencia se encuentra en el capital humano, en las personas. Y ¿qué es un buen liderazgo?

El buen liderazgo se tiene que ajustar a la empresa en cuestión y a su situación específica. Existen múltiples definiciones de este término agrupadas en muchas escuelas que han ido alimentándose de las nuevas realidades. No obstante, creemos que existen unas características comunes que hemos reflejado en nuestro modelo para la evaluación del liderazgo.

Muchas veces vemos que no se sabe por dónde empezar, ¿qué hago con toda esta información? ¿Cómo la traduzco en planes de mejora? Y por ello, la simplicidad en los resultados es crítico para que no se convierta en una herramienta dirigida a los analistas y al área de RRHH, en vez de a las personas evaluadas.

Para los colectivos que consideremos que aplica el cómo liderar porque afecta a los resultados de nuestra compañía, deberíamos disponer de un apartado concreto para desarrollar esta competencia. Si tenemos un modelo organizativo avanzado, el colectivo será mayor.

Creemos que también es importante saber que el predictor de la productividad individual y de equipos no es el tipo de liderazgo, sino la capacidad para adaptarse a las necesidades de la situación a la que nos enfrentamos en cada momento, y que necesitará un amplio abanico de “tipos”.