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Quinta y última entrega de nuestra serie sobre los nuevos retos que se plantean en el ciclo de experiencia del empleado. En el articulo anterior hablamos de la evaluación y promoción del talento, en este veremos la fidelización del talento.
El resultado de todo lo demás
Como consecuencia de todo lo que hacemos en el ciclo de gestión del talento, ¿se quedan o se van? Vuelvo a recordar los movimientos sociales como YOLO1, “Great Attrition” o “Carpe diem” (que ya se puede observar en nuestro país). ¿Estamos enamorando a nuestros empleados?
Es complicado creerlo después de observar los resultados del estudio The Great Attrition2 en el que se ve cómo un 36% de los empleados encuestados que dejaron el trabajo en el 2021 lo hicieron sin tener otra oferta y el 64% de los que pensaban hacerlo en los próximos 3-6 meses lo harían del mismo modo. Esto ha ido creciendo en cifras absolutas hasta millones de personas en todo el mundo y sigue creciendo. ¿Qué está pasando?
En el mismo estudio de McKinsey&Company2 se muestra una matriz muy reveladora en la que se compara lo que piensan los empleados y los empleadores que es importante o no para los otros y, ¡hay muy poco en común! Lo más concluyente de esta comparativa es la importancia de los temas. Mientras que los empleadores se fijan en temas más bien “hard” como habilidades técnicas para trabajar en remoto, remuneración o desarrollo de carrera, los empleados se fijan en temas eminentemente “soft” como sentido de pertenencia, ser valorados por su jefe y por la organización o tener unos compañeros de equipo que les cuiden y en los que se pueda confiar.
Unos están en ser queridos y otros en trabajar bien, unos enfocados a las personas y otros en los trabajos, unos en el amor y otros en la eficiencia. Mundos por reconciliar muy lejos los unos de los otros, pero tremendamente necesario que lo hagan. De hecho, quien lo consiga, tendrá una ventaja competitiva abismal en un mundo en el que, como decía Al Pacino en la película “Un domingo cualquiera”, cada pulgada cuenta.
Mientras que los empleadores se fijan en temas más bien “hard” como habilidades técnicas para trabajar en remoto, remuneración o desarrollo de carrera, los empleados se fijan en temas eminentemente “soft” como sentido de pertenencia, ser valorados por su jefe y por la organización o tener unos compañeros de equipo que les cuiden y en los que se pueda confiar.
¿Y qué podemos hacer?
Igual que, desde mi punto de vista, el acrónimo más utilizado en las últimas décadas VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) se metamorfosea en BANI3 (Fragilidad, Ansiedad, No linealidad e Incomprensibilidad) para reflejar mejor el momento actual, lo mismo ocurre con el ciclo del talento.
Como en otros ámbitos, lo que hubiese tardado en evolucionar años, ha ocurrido en meses, lo que en décadas, en años. La tecnología nos empuja hacia el futuro y la gestión de la experiencia de nuestros empleados se encuentra en un punto de inflexión. Te puedes encontrar con un negocio con sentido y proyección en el que nadie quiere estar. Estemos atentos para resolver los retos que nos plantea este nuevo entorno y sigamos con la humanización de las empresas.
La tecnología nos empuja hacia el futuro y la gestión de la experiencia de nuestros empleados se encuentra en un punto de inflexión.
Pachi
Notas:
(1) You Only Live Once
(2) McKinsey & Company (The Great Attrition)
(3) Cascio, J. (2020). “Facing the age of chaos”
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